La experiencia de cultivar un huerto va mucho más allá de la simple siembra y cosecha de alimentos. Este acto conecta directamente con la tierra y nos brinda una multitud de beneficios, tanto para la salud como para el bienestar general.
La posibilidad de cosechar vuestros propios alimentos asegura el acceso a productos frescos, libres de pesticidas y químicos. Esto permite disfrutar de comidas más nutritivas y saludables, cargadas con vitaminas y sabores auténticos.
El acto de cultivar puede tener un impacto positivo en la salud mental. Trabajar en un huerto también implica actividad física, desde cavar y plantar hasta el mantenimiento regular.
PASOS PARA PREPARAR LA TIERRA PARA EL HUERTO
La preparación de un huerto requiere tiempo y paciencia, pero es una actividad gratificante. Puede ser una actividad muy enriquecedora que os conecta con la naturaleza.
1. Identificar el terreno
Primero de todo, hay que elegir una buena ubicación. Buscad una área que reciba al menos 6 horas de luz solar directa al día. Las plantas necesitan luz para crecer, así que un lugar con una buena exposición solar es fundamental.
Aseguraros de que haya acceso fácil a fuentes de agua para el riego de vuestras plantas.
Evaluad la calidad del suelo. ¿Es arcilloso, arenoso o limoso? La tierra debe ser fértil, bien drenada y rica en nutrientes. Si el suelo no es óptimo, podríais mejorar su calidad agregando compost u otros enmiendos.
2. Eliminar las malas hierbas
En el caso de que tengáis malas hierbas en vuestro huerto o jardín, quitarlas será el primer paso que deberéis hacer. Os recomendamos hacerlo con una azada. Sobre todo, sin excavar el suelo, con suavidad. La única intención es arrancar las hierbas y, no remover la tierra.
Con la ayuda de un rastrillo y las mismas manos (con guantes) sacad las pequeñas hierbas que han quedado en la tierra.
Es importante ser constante en el control de las malas hierbas para evitar que se apoderen de vuestro huerto. Combinad diferentes métodos para mantener vuestro espacio de cultivo saludable y próspero.
3. Airear y allanar
Seguidamente, ir removiendo la tierra para que se airee, así conseguiréis que las plantas saquen raíces nuevas más rápido y de mejor forma. También os será de utilidad por si habían quedado restos de plantas o bacterias.
Con el rastrillo de nuevo, volved a pasarlo, ahora con la finalidad de nivelar el terreno, desgranar terrones de tierra y terminar de sacar los restos de hierbas.
4. Abonar
Abonar la tierra antes de plantar es una excelente manera de proporcionar a vuestras plantas los nutrientes que necesitan para crecer sanas y fuertes.
Evocad el abono distribuyéndolo por distintas partes del huerto y seguidamente extenderlo.
Recordad que el abonado del suelo es fundamental para proveer a vuestras plantas de los nutrientes esenciales. Un suelo bien abonado puede marcar la diferencia en el crecimiento y la salud de vuestro huerto.
5. Sistema de riego
Por último, montar un sistema de riego. La clave para un sistema de riego exitoso es la eficiencia y la adecuación a las necesidades de vuestro huerto. Un riego adecuado asegura un crecimiento saludable de las plantas y reduce la cantidad de agua desperdiciada.
Podéis elegir diferentes tipos: riego por goteo, aspersores o mangueras. Debéis tener en cuenta la ubicación de las plantas y la cantidad de agua que necesitan.
Antes de dejar el sistema en funcionamiento de forma regular, probad para aseguraros de que el agua llegue a todas las áreas del huerto de manera adecuada.
A continuación os dejamos un vídeo dónde os explicamos paso a paso de cómo preparar vuestro huerto.