El cultivo del ajo

El cultivo del ajo

El ajo es una especie tradicionalmente clasificada dentro de la familia de las liliáceas pero que actualmente se ubica en la de las amarilidáceas. Al igual que la cebolla y el puerro, es una especie de importancia económica ampliamente cultivada.

El cultivo del ajo es una actividad agrícola que ha sido practicada durante siglos en diversas partes del mundo. Su cultivo es relativamente sencillo, pero requiere de ciertos cuidados para obtener un buen rendimiento y calidad del producto.

Cada cabeza puede contener de 6 a 12 dientes, cada uno de los cuales se encuentra envuelto en una delgada capa de color blanco o rojizo. Cada uno de los dientes puede dar origen a una nueva planta de ajo, ya que poseen en su base una yema terminal que es capaz de germinar.

 

 

El cultivo del ajo requiere:

  • Poca exigencia con el clima y el riego.
  • Prefiere suelos con un buen drenaje, preferentemente francos o algo arcillosos, ricos en materia orgánica y con humedad.
  • Riego permanente hasta el período anterior a la cosecha.
  • Fertilización superior a otras hortalizas.
  • Desmalezamiento del suelo, principalmente durante el primer período de germinación.
  • Temperaturas inferiores a los 17 °C

 

El proceso

Antes de la siembra, es recomendable arar o labrar el terreno para deshacer los terrones y eliminar las malas hierbas. Se deben separar los dientes del bulbo madre con cuidado y plantarlos en surcos, enterrándolos a unos 5 cm de profundidad y dejando una corta separación entre cada diente.

El ajo necesita un riego regular, especialmente durante su período de crecimiento activo. No debe haber encharcamiento, pero es importante mantener el suelo húmedo. Hay que reducir el riego cuando se acerque la época de cosecha para evitar que los bulbos se pudran.

Mantén el cultivo libre de malezas que puedan competir por los nutrientes y el agua. Responde bien a la fertilización con compost o abonos orgánicos ricos en potasio y fósforo.

 

Uso gastronómico

El ajo posee un aroma y un sabor característico que suele acompañar ciertos platos de la cocina mediterránea. Los brotes tiernos de las hojas se suelen incluir en algunos platos. Generalmente se utilizan secos o semisecos, como ajo deshidratado, verdes y encurtidos.

Algunos de los muchos platos en donde el ajo es un ingrediente esencial son el gazpacho andaluz, el pollo al ajillo, el escabeche oriental, el salmorejo, el alioli, el ajoarriero, el mojo de ajo o la sopa de ajo.

 

 A continuación os dejamos un vídeo dónde explicamos todo el cultivo del ajo. 

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