Noviembre marca la transición definitiva hacia el invierno. Los días son más cortos, las temperaturas bajan y el huerto se adapta al ritmo pausado de la estación fría. Aunque pueda parecer que es momento de parar, en realidad todavía hay muchas tareas que hacer, y varios cultivos que puedes plantar durante este mes.
Tanto si tienes un huerto en tierra como en mesa de cultivo o jardineras, noviembre ofrece la oportunidad de seguir sembrando, trasplantando y preparando el terreno para una buena cosecha invernal.
Hortalizas de hoja: crecen bien con frío
Las verduras de hoja siguen siendo protagonistas en noviembre. Puedes seguir plantando acelgas, espinacas, escarolas, lechugas resistentes al frío. Estas hortalizas no solo toleran bien las bajas temperaturas, sino que además se desarrollan mejor cuando los días no son tan calurosos.
Además, puedes combinarlas en bancales o jardineras para cosechas escalonadas durante todo el invierno. Si el clima es muy frío en tu zona, protege los cultivos con malla térmica o túneles.
Cultivos de raíz: siembras tardías de otoño
Aunque muchas raíces se siembran antes, noviembre aún permite sembrar rábanos, zanahorias o remolachas si el clima no es demasiado extremo. Lo importante es elegir variedades de ciclo corto y asegurarte de que el terreno esté bien trabajado, mullido y drenado.
También puedes plantar cebollas, puerros, nabos y chirivías. Aunque su crecimiento es más lento, son cultivos muy agradecidos que podrás cosechar a lo largo del invierno y principios de primavera. Lo ideal es trasplantarlos con suficiente espacio entre plantas y mantener el terreno limpio de malas hierbas para favorecer su desarrollo.
Crucíferas: coles y coliflores
Noviembre todavía permite plantar muchas variedades de coles y coliflores, como pueden ser kale, lombarda, siete semanas, rizada, brócoli, romanesco y más. Estas hortalizas necesitan varias semanas para desarrollarse, pero toleran muy bien el frío, especialmente si se han trasplantado antes de las heladas más fuertes.
Es importante elegir un lugar soleado y espaciar bien las plantas, ya que tienen un crecimiento lento pero voluminoso. Si proteges los brotes más jóvenes con una malla anti pájaros o térmica ligera, conseguirás que arraiguen sin problemas y puedan crecer durante el invierno.
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